La hipótesis del Gran Sismo con tsunami, por la Brecha de Guerrero

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*La falla no tiene movimientos telúricos severos desde el año 1913

*Especialistas del mundo estudian la fisura entre Petatlán y San Marcos

Chilpancingo, Gro. 20 de Agosto del 2018. – De enero al 20 de agosto de este 2018, se han registrado mil 896 sismos en Guerrero, de los cuales, mil 690 han sido menores a magnitud de 4. Esta entidad es el tercer lugar nacional en sismicidad, sólo por debajo de Oaxaca y Chiapas. En todo el país se han desarrollado 20 mil 898 movimientos telúricos en lo que va del año.

Aunque los sismos no pueden predecirse, existe la hipótesis de un Gran Sismo de 8.5 de magnitud con epicentro en la “Brecha de Guerrero”, la que se estima tiene una profundidad de 300 kilómetros y una longitud de 125 kilómetros, desde los límites de Petatlán y Papanoa, municipio de Tecpan, en la Costa Grande, hasta los límites entre Acapulco y San Marcos, en la Costa Chica, movimiento que  podría desarrollar un tsunami con un escenario catastrófico para Acapulco y las costas de Guerrero, señaló el secretario de Protección Civil en la entidad, Marco César Mayares Salvador en entrevista con la Agencia de Noticias IRZA.

En México, los sismos más destructivos de la historia han alcanzado magnitudes de 8.1 y 7.6, registrados el 19 y 20 de septiembre de 1985; así como el 7 de septiembre de 2017, de magnitud 8.2 y el 19 de septiembre de 2017, otro de magnitud 7.1, que, aunque no han sido los de mayor impacto, sí son los que más afectaciones han causado.

Marco César Mayares dijo que desde 1913, hace 105 años, la “Brecha de Guerrero” no registra movimientos telúricos poderosos, acumulando una gran cantidad de energía, lo que ha acaparado la atención de especialistas del mundo que estudian el comportamiento de esta falla.

Con base a información del Atlas Nacional de Riesgos, hasta el 2010, por la hipótesis de un tsunami provocado por un sismo con epicentro en la Brecha de Guerrero se consideraba que causaría daños en una población de 78 mil habitantes en las costas de Guerrero, en 40 mil viviendas, 23 centros de salud y hospitales, además de 200 centros educativos, con un alto número de muertes por ahogamiento. En este 2018, tanto la población como la infraestructura ha crecido en la superficie sobre la falla, por lo que los posibles daños son de pronóstico reservado.

La Asociación de Investigación Científica y Tecnológica para el Desarrollo Sostenible (Satreps, por sus siglas en inglés), integrada por especialistas japoneses de la Universidad de Kioto, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), de la Secretaría de Protección Civil de Guerrero, realizan estudios de la brecha y capacitaciones, en un primer momento, en Zihuatanejo, La Unión, Petatlán, Coyuca de Benítez, en la Costa Grande y posteriormente en Acapulco y San Marcos, en la Costa Chica.

Los especialistas han profundizado en los estudios de los mapas oceanográficos para determinar con exactitud en qué punto podría existir la posibilidad de la creación de un tsunami a consecuencia del hipotético Gran Sismo de la Brecha de Guerrero, aunque también podría ser provocado por un sismo con epicentro en otro punto y no precisamente por la falla, por lo que han instalado radares en las aguas del mar frente a las costas de Zihuatanejo.

Los científicos también contemplan realizar simulaciones del posible impacto de un tsunami, con mecanismos de evacuación, sistemas de alarma rápida y sectorización de zonas de mayor riesgo ante una embestida por el impacto de las olas de hasta 14 metros de altas, lo que podría causar daños hasta 3 kilómetros y medio fuera de la ribera.

“Un tsunami es provocado por un sismo de grandes magnitudes” por una subducción, dijo el secretario de Protección Civil del Estado y añadió que eso ocurre cuando una placa se levanta por sobre la otra con gran fuerza, lo que causa una ola gigante.

Con base a datos históricos, dijo que en el año de 1827 se registró un sismo severo en las costas de Nuxco, municipio de Tecpan, donde se registró una ola de más de 14 metros de altura que provocó daños catastróficos en esa comunidad, por esa razón “no estamos exentos de que exista la posibilidad de un tsunami” en esta región de Guerrero.

Mencionó que la entidad cuenta con un sistema de alertamiento para este tipo de fenómenos que opera la Secretaría de Marina con repetidores de la Secretaría de Protección Civil del Estado.

En Guerrero, el sistema de alerta sísmica se compone por 96 sensores, con dos estaciones repetidoras: una en Chilpancingo y otra en Acapulco, los que se activan con temblores de magnitud de 5 o superior.

Los sensores “alimentan” a más de 3 mil alertas sísmicas ubicadas en todo el estado.

Este sistema está “trabajando en un 99 por ciento, no pudiera hablarte del cien, porque hay algunos detalles ahorita de mantenimiento”, dijo el secretario.

Informó que se encuentran en el punto de la ampliación de la red de sensores para convertirse en “espejo” del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) que depende de la Coordinación Nacional de Protección Civil.

En la actualidad, sólo 34 de los 81 municipios de Guerrero cuentan con sensores, debido a que son “bastante caros”, comentó.

Reveló que hacen falta por lo menos tres repetidores, tanto en Tierra Caliente, como en la Costa Grande, parte de la zona Centro y cubrir la Montaña, aunque planteó que para el 2020, habrán logrado una cobertura con el sistema de alertas en un 75 por ciento de todo el territorio guerrerense.

Con base a información del Servicio Geológico Mexicano, el país está situado en una de las regiones sísmicamente más activas del mundo, en el área conocida como el Cinturón Circumpacífico donde se concentra la mayor actividad sísmica del planeta.

“La alta sismicidad en el país, es debido principalmente a la interacción entre las placas de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la del Caribe, así como a fallas locales que corren a lo largo de varios estados”, detalla en su sitio web.

“Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son los estados con mayor sismicidad en la República Mexicana debido a la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Ribera que subducen con las de Norteamérica y del Caribe sobre la costa del Pacífico frente a estos estados, también por esta misma acción son afectados los estados de Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, Nuevo León, Sonora, Baja California, Baja California Sur y la Ciudad de México”.

Las áreas de mayor riesgo en el país, que es donde no se han producido sismos de magnitud de 7 o más por un largo periodo de tiempo, se ubican en la Brecha de Guerrero, con 105 años de acumulación de “energía elástica”, la Brecha de Jalisco, con más de 70 años y la Brecha de Chiapas, con más de 300 años.

Los sismos no pueden predecirse, pero la población debe estar preparada para un movimiento telúrico de magnitud de hasta 8.5, dijo el secretario de Protección Civil de la entidad.

(www.agenciairza.com)