En los pasillos del Poder

    Los gobiernos en México y Acapulco en ancas de yegua.

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    Por Baltasar Hernández Gómez ۞

    Los gobiernos en México y Acapulco en ancas de yegua.

    Lunes 29 de noviembre de 2021.

    A nivel nacional.

    Pareciera que el acuerdo, publicado hace unos días en el Diario Oficial de la Federación, no sólo blinda al actual gobierno de la República (que cada vez más es menos una “cosa pública” al estilo romano antes del periodo cesariano) de las ineficacias de gestión, sino que recubre la opacidad y corrupciones en los procesos de licitaciones, desarrollo, objetivos y alcances de todas y cada una de las obras y servicios que contratan las instituciones del Estado mexicano.

    Con este acuerdo, que es un decreto, Andrés Manuel López Obrador hace uso de sus facultades constitucionales para que ningún organismo público autónomo, iniciativa privada o no gubernamental doméstica y extranjera, o bien, cualquier ciudadano tengan posibilidad de conocer los pormenores de las obras y contratos (terrestres, aéreas, marítimas o en el subsuelo) que realice el gobierno. 

    La discrecionalidad del presidencialismo en todo su esplendor emana de las líneas impuestas donde se asume que todo es una cuestión de seguridad nacional. Por tanto, la razón de Estado supera el mandato soberano de la sociedad y así las ocurrencias, transacciones y contrataciones son ocultadas para que no haya observancia. Tal decreto nos está diciendo claramente que estamos frente a una autocracia.

    Más allá del texto está la amenaza contra las personas u organismos que pretendan saber acerca de los asuntos públicos, conocer a dónde se destinan sus contribuciones y quiénes son los beneficiados de proporcionar servicios al Poder Ejecutivo. Lo cierto es que el ultimátum es el instrumento para establecer represión en tanto las personas que requieran datos públicos son sujetos de juicio si insisten en escudriñar los actos gubernamentales que ahora están catalogados como interés supremo del Estado. 

    Con eso de que en estos momentos México preside el Consejo de Seguridad de la ONU, López Obrador piensa que todo su desempeño, inacción u omisión es casi un arsenal de bombas termonucleares a las que tiene que proteger porque de lo contrario se desataría la tercera guerra mundial.

    Este razonamiento no proviene de la emulación de novelas de espionaje o complot, tampoco es extraído de teorías conspirativas, pues en los tres años de esta administración la realidad prevaleciente ha demostrado que más de un centenar de contrataciones favorecieron a miembros del gabinete, familiares y amistades del presidente.

    De aquí se desprende el trato tirano que, al menor atisbo de que las cosas turbias y no explicadas sean divulgadas y discutidas en la tribuna pública, son sofocadas por la retórica intimidatoria de la Cuarta Transformación, verbigracia ideología lópezobradorista.

    No son asuntos menores las advertencias del inquilino de palacio nacional cuando reprende a periodistas, líderes de opinión, legisladores, políticos opositores a su régimen, ministros, magistrados, consejeros electorales, intelectuales, catedráticos-investigadores y asociaciones civiles, toda vez que en la actualidad las fuerzas armadas y las corporaciones del aparato represivo del Estado mexicano han tomado el control de los asuntos eminentemente civiles (orden social, inteligencia, combate al narcotráfico, aduanas, migración, administración portuaria y terrestre, edificación de obras, como el caso específico de carreteras, puentes y el nuevo aeropuerto internacional de Santa Lucía, entre otras muchas actividades).

    Para las fuerzas armadas, la unidad de investigación financiera, policías, exhibiciones faraónicas de ínfima calidad que dan gusto a las preferencias históricas de su señora esposa; conmemoraciones liberales, pago de aplaudidores en el extranjero, transportaciones blindadas, boletos de avión de empresas comerciales y viajes ocultos en jets y avionetas, imposición de consultas públicas, etc., existen apoyos sin medida.

    Para medicamentos contra el cáncer, desarrollo de la ciencia, apoyo a las universidades públicas y detención de la inflación y devaluación, solamente hay disimulo y un caudal de discursos populistas que en nada resuelven la situación de malestar y pobreza que está viviendo la sociedad mexicana en su conjunto.

    A nivel municipal: el caso de la presidenta de Acapulco, Abelina López Rodríguez.

    López también se apellida y de muchas formas trata de parecerse a quien autorizó su candidatura para ocupar -después de unas elecciones impregnadas de “más de lo mismo”- la presidencia de Acapulco. Abelina López Rodríguez lleva en el cargo dos meses, es decir, casi el 6% de gestión y desde el arranque de su gestión ha hecho abuso de impericia, soberbia e ignorancia, soslayando el beneficio de residentes y visitantes. Contrató líneas de crédito sin sustento legal ni financiero para la compra de insumos.

    No se ha resuelto la problemática de abasto de agua potable. Ha logrado apenas un insignificante avance en el tema de recolección de basura en calles, casas habitación y negocios mercantiles y turísticos. Ha despedido a aproximadamente a 300 empleados de todo tipo sin haber pasado por el tamiz de asesores jurídicos, lo cual se le revertirá en pagos millonarios.

    En lo que lleva sentada en el palacio municipal las actividades realizadas para atracción turística y “cultural” son tan surrealistas como la cabalgata efectuada hace dos días, que desquició el tráfico local y las actividades de entretenimiento de miles de turistas que acuden al puerto a disfrutar las playas y gastronomía local y no a ver desfilar a la presidenta y cabalgantes.

    En las ancas de una yegua pinta se paseaba el pasado sábado la alcaldesa de Acapulco por la avenida costera Miguel Alemán que, dicho sea de paso, debería de cambiarse su nomenclatura a insistencia de miles de acapulqueños que desean poner a concurso el cambio de nombre, ya que hay decenas de guerrerenses ilustres que han contribuido con su saber y actuaciones a la historia e imagen de Acapulco, el estado y el país. 

    Lo cierto es que la Abelina López está tratando de convertir a la ciudad en un clon mal hecho de tierras oaxaqueñas, paseándose oronda como si fuese matrona zapoteca blandiendo a diestra y siniestra el bastón de mando, pésele a quien le pese. 

    Nada hay de nuevo en Acapulco. Nada de que sentirse orgullosos, porque las calles continúan con baches enormes y sin agua en las casas. Hay basura por todos lados. Las playas contaminadas y con una inseguridad galopante que incluso llegó al asesinato de agentes de policía y tránsito. 

    Antes de que sus “bots” y fanáticos ataquen, me permito insistir que Abelina ya demostró ser una transgresora de la ley al admitir en tribuna (cuando ocupó una curul en la cámara de diputados) haber dado 20 mil pesos a un juez para arreglar un asunto legal y sigue haciéndolo ahora como presidenta municipal al desatender los asuntos más sensibles de Acapulco, enfocándose a pasear en las ancas de la yegua, mientras miles de kilos de estiércol quedaron en las calles y el zócalo es un verdadero muladar. 

    Se le ve alegre siendo comparsa de la gobernadora del estado y verse adulada por cortesanos. Sin embargo, no tiene por qué sentirse bien ante la risa y elogios de seguidores, en virtud de que aparte de los graves conflictos con la ciudadanía, que ahora no la apoya por su ineficacia gubernamental y prepotencia, dos perfiles conductuales que se derivan por su discapacidad de comunicarse correctamente con mujeres y hombres de bien que no han vivido de invasiones de terrenos ni el ambulantaje o de venderse en los partidos políticos para alcanzar puestos de elección; tiene la presión de las autoridades estatales y nacionales para no hacer quedar mal a la Cuarta Transformación..

    Pobre de Abelina por estar al frente del desbarajuste que dejó su predecesora Adela Román, dicen sus aplaudidores, pero lo cierto es que más pobres los acapulqueños por permitir que ella siga en el cargo (me disculpo por no anteponer un apelativo académico, toda vez que no se sabe en qué instituciones de dudosa credibilidad obtuvo la supuesta maestría y doctorado). 

    Los reclamos y las exigencias de la sociedad no pararán y al no ser solventadas, su legitimidad y presencia bajarán a un punto insostenible. Se pronostica que en 2022 no cuente con la fortaleza suficiente para seguir gobernando no sólo por la carencia de apoyo social, sino porque también al interior de la estructura del ayuntamiento las guerras intestinas están intensificándose al grado de la nulificación.

    Los integrantes del gabinete no pertenecen a una línea política ni ideológica. Su equipo de trabajo está compuesto por impulsores económicos que aportaron sumas millonarias de dinero a su trayectoria proselitista, familiares, amistades, recomendados del partido Morena y del senador Félix Salgado Macedonio y uno que otro infiltrado por insistencias aduladoras o haber colaborado sin paga durante la campaña electoral, y todos ellos ahora mismo están peleando con uñas y dientes para desplazar a socios, amantes, amistades e infiltrados, pues saben que tienen 34 meses para hacer de las suyas.

    Desde la Ciudad de México y Chilpancingo se están fraguando más directrices y cambios para Acapulco, que es considerado un mini laboratorio político para 2024. Que no dude tantito Abelina López Rodríguez que sus desplantes y errores están siendo observados y contabilizados… Las remociones forzadas existen.

     

    En ancas de yegua se pasea feliz…Hasta que el animal repara.

    **Baltasar Hernández Gómez es politólogo, comunicador, asesor, escritor y catedrático-investigador.

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