Tixtla, Gro. 09 de Agosto del 2016 (IRZA). – Una marcha de padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala en septiembre del 2014, normalistas de Ayotzinapa, policías comunitarios, maestros disidentes, mineros e integrantes de organizaciones sociales, ocasionaron que se suspendiera el acto oficial por el 234 aniversario del natalicio del General Vicente Guerrero y el desfile cívico-militar en esta ciudad.
El evento, que iniciaría a las 11:30 horas, se cambió a un acto en Casa Guerrero, en la capital del estado, y aquí sólo se quedó el alcalde perredista Hossein Nabor Guillén, con sus similares de Tierra Colorada, Leonel Leyva Muñoz; de Quechultenango, Alberto Rodríguez Jiménez, y de Leonardo Bravo, Alfredo Alarcón Rodríguez, y la directora de Fortalecimiento Municipal, Gisela Ortega Moreno.
De esta forma y por segundo año consecutivo, no hubo acto oficial en esta ciudad por el natalicio de este héroe de la Independencia de México, que contaba con la presencia de los tres poderes del estado y de un representante del gobierno federal.
La marcha inició en el arco que se ubica en la carretera a la capital, en el acceso a esta cabecera municipal, de donde salió el contingente de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, otro de normalistas de Ayotzinapa y uno más de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) que encabeza Antonia Morales.
Asimismo, atrás el grupo de la CETEG que encabeza Ramos Reyes Guerrero, mineros de Taxco y, al último, policías comunitarios de Tixtla; todos hacia el centro de la ciudad.
Los padres de familia se colocaron al frente del templete, mientras un estudiante colocó una manta con la leyenda “Fue el estado, aún nos faltan 43”, ante la pasividad de los funcionarios presentes.
En el acto, el señor Emiliano Navarrete exigió justicia por la desaparición de los 43 normalistas y aseveró que “fueron privados de su libertad por manos cobardes; en su momento buscamos a las autoridades y el presidente (de Iguala) era una vil porquería que estaba involucrado con el crimen organizado; hemos salido a protestar y por eso nos recibió el presidente, Enrique Peña Nieto, pero no porque quiso, sino por la presión, y no porque ese cabrón nos vaya a dar resultados, no quieren esclarecer los hechos, fue una agresión inhumana a nuestros hijos y exigimos justicia”.
Otro padre de uno de esos normalistas, Epifanio Álvarez, dijo que con el resto “seguimos con rabia y coraje, no puedo hacer nada para consolar a mi mujer que se debate entre el dolor y me pregunta si va a regresar nuestro hijo; no ha habido búsquedas serias de nuestros hijos, les pedimos su solidaridad al pueblo de Tixtla; (de) aquí hay 14 muchachos que desaparecieron, no tienen madre, no queremos dinero y no lo hemos aceptado, pobres somos y pobres nos vamos a morir, nos lo han ofrecido, pero tenemos dignidad”.
Su vocero Felipe Flores, manifestó que es “triste ver la pasividad del pueblo, es imposible que vuelva la tranquilidad cuando la inseguridad está desbordada; es increíble que, con toda la fuerza del Ejército, de la policía, siga habiendo muertos como en este pueblo donde te pueden asesinar y nadie diga nada, es increíble que sigan creyendo a este gobierno mentiroso”.
Al terminar las intervenciones, los padres colocaron una ofrenda floral ante la estatua a Vicente Guerrero, y frente al templete se apostó una escolta de la normal de Ayotzinapa con una bandera con el nombre escrito de los normalistas desaparecidos y el número 43 pintado con aerosol.
Luego se dirigieron de regreso al punto de partida de la marcha, pero ante el templete se quedaron los contingentes de las dos fracciones de la CETEG y de la Policía Comunitaria, quienes exigieron justicia por el asesinato de tres normalistas en Iguala y la desaparición de los 43.
