Nuevo arzobispo de Acapulco: “Guerrero es un pueblo de esperanza”

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*Leopoldo González, dispuesto a dialogar con criminales

Acapulco, Gro. 29 de Agosto del 2017. – El nuevo arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, dijo este martes que está dispuesto a mediar entre el gobierno del estado y los grupos delictivos, “si es útil”.

Al ofrecer la primera conferencia de prensa en la catedral de Nuestra Señora de la Soledad, ubicada en el Zócalo, frente a la bahía de Santa Lucía, luego de asumir el cargo dentro de la nomenclatura católica, el arzobispo nombrado por el Papa Francisco respondió que sí pactaría con el crimen organizado, siempre y cuando implique dialogar y acordar disminuir la inseguridad.

Antes, dijo que el tema no era nuevo para él, ya que, a mediados del 2001, cuando fungía como obispo auxiliar en Morelia, se le solicitó su intervención en la negociación para la liberación de un secuestrado.

“No es para mí algo nuevo. Cuando estaba en Morelia como obispo auxiliar, pidieron nuestra intervención en la negociación de una liberación de secuestro; con el señor cardenal Alberto Suárez estuvimos en esa negociación para liberar a aquella persona; nos lo pidió su familia y nos lo pidió él (el secuestrado) ante un video que se hizo público. Hablo de los años 2001, 2002, por lo que (este tema) no es para mí extraño”, dijo.

Comentó que, si un eventual encuentro con criminales sirve para regresarlos al camino del bien, facilitar su reinserción a la sociedad, “yo he de hacerlo”.

Antes de iniciar la conferencia de prensa, las primeras palabras del arzobispo Leopoldo González, quien antes de asumir el Arzobispado en Acapulco se venía desempeñando como obispo en Tapachula, Chiapas, fueron dedicadas al pueblo acapulqueño: “No pierdan la esperanza”, dijo.

Al contestar una pregunta, dijo que ve a Guerrero como un “pueblo de esperanza” porque (incluso) “ante los desastres (naturales) se ha levantado”.

Dijo que la violencia, la pobreza, el narcotráfico, la corrupción e incluso la indiferencia, son “una realidad dolorosa” pero a la vez un desafío.