Escenario municipal 2018: Ilich y Mejía

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Texto cortesía de Miguel Ángel Arrieta

Si la competencia electoral 2018 se perfila bajo el mismo esquema de las elecciones celebradas hace tres años, en las que los principales partidos fueron cada uno por su lado, entonces PRD y Movimiento Ciudadano ya tienen candidatos a la alcaldía de Acapulco, lo que pronostica que la lucha de estructuras sustituirá al debate ideológico en lo que será una carrera desigual dado el elevado volumen de militantes perredistas frente al disminuido número de sufragios obtenidos por MC en 2015.

Refiere la sentencia que en política no hay casualidades, por lo que la demostración de músculo exhibida durante el mismo fin de semana por PRD durante el informe del Síndico Ilich Lozano Herrera, frente a un reducido auditorio reunido en un salón de hotel para escuchar el resumen de actividades del Diputado Ricardo Mejía, constituyen un adelanto de lo que se observará durante el próximo proceso electoral en Acapulco.

Aún no se ha diluido del todo la posibilidad de lanzar una candidatura común en Acapulco por parte del frente conformado por PRD, MC y PAN, pero hay suficientes señales para determinar que los espacios de negociación entre estas fuerzas son cada día más acotados, y en cualquier momento el proyecto frentista, al menos aquí, será sepultado.

Por lo pronto, el discurso utilizado por el presidente estatal de MC, Luis Walton Aburto, revela indicios de que el objetivo del dirigente es reventar el Frente PAN-PRD-MC en Acapulco para dividir el voto y favorecer al PRI.

No sería la primera vez. En el 2015 rompió con el PRD, partido que lo llevó a la alcaldía de Acapulco, con lo que concedió matemáticamente el triunfo al tricolor.

En un escenario sin coalición partidista por lo menos PRD y MC lanzarían cada uno a su candidato particularmente desde dos perspectivas:

1.- En el sistema político local, desde que el PRD arrebató el ayuntamiento acapulqueño al PRI, prevalecen dos rutas a seguir en el proceso de selección de candidatos; una de ellas es el método de imposición, cuando las cabezas de algún partido se pronuncian por unanimidad en favor de un candidato ante la orden superior de su jefe político, como es el caso de Movimiento Ciudadano en el que Luis Walton, cual distinguido patrón, ya expidió el memorándum para que todo su comité apoye a Mejía Berdeja.

El problema de este escenario es que la imposición termina estrellada en el fracaso; Zeferino Torreblanca impuso en 2008 a Gloria Sierra en el PRD y los priistas capitalizaron la circunstancia para regresar a la presidencia municipal acapulqueña.

2.- La otra línea sobresaliente al momento de elegir al candidato es cuando la estructura de poder y gran parte de la militancia se cargan a favor de cierto personaje contra la voluntad del poder. Circunstancia protagonizada en 2002 cuando desde el ayuntamiento zeferinista se intentaba construir la candidatura de Carlos Álvarez Reyes, pero la cargada perredista logró la nominación de Alberto López Rosas.

En este escenario, la lógica política indica que la carta final del PRD es Ilich Lozano Herrera.

Por lo pronto, el exdiputado federal logró convocar aproximadamente diez mil acapulqueños y con ello dejó abierto el reto para que los otros dos aspirantes a la candidatura perredista; David Jiménez Rumbo y Víctor Aguirre Alcaide, superen esa concentración popular, lo que de entrada parece complicado para ambos personajes.

Después de todo, Jiménez Rumbo no puede rendir un informe de actividades en Acapulco como diputado federal plurinominal de una demarcación michoacana. Independientemente de que no ha presentado una sola iniciativa a favor de la región acapulqueña en el Congreso de la Unión durante los casi dos años transcurridos de su periodo legislativo.

Y Víctor Aguirre enfrenta ahora la limitante de que su jefe político, Ángel Aguirre Rivero, ha decidido regresar a la política guerrerense y proyecta competir por la diputación federal de Costa Chica, lo que disminuye el margen de negociación al que se aferraba Aguirre Alcaide presentándose como la carta del aguirrismo a la presidencia de Acapulco.

El exgobernador viene por lo suyo y no va anteponer el interés de Víctor Aguirre a su proyecto personal.

Por lo pronto, si el PRD comienza a cruzar antes que los demás partidos la zona de incertidumbre que significan los tiempos preelectorales, contará con la ventaja de adelantarse en tiempo para realizar un recuento real de sus activos ciudadanos antes de entrar en la competencia electoral.

En el fondo, las élites de PRD, PAN y MC, saben que más allá de la candidatura a la alcaldía de Acapulco, lo que realmente está en juego es el proyecto para definir la continuidad del priismo en la gubernatura en el 2021, o el regreso de la alternancia en el poder.